sábado, 20 de enero de 2007

ESTRATEGIAS PARA FOMENTAR EL HABITO DE LECTURA DE CUENTOS INFANTILES


Leer cuentos, más allá del entretenimiento
La época que estamos viviendo exige superar el enfoque tradicional que hace de la lectura de los cuentos instrumentos destinados solo a fomentar el entretenimiento de los niños. Debemos aspirar ir más lejos; es decir, considerar que un propósito más acorde con los objetivos educacionales de la época moderna, es el de hacer de la lectura del cuento infantil una oportunidad para impulsar el desarrollo de aquellas capacidades y actitudes necesarias para alcanzar el éxito en los nuevos escenarios que delinean la realidad nacional y mundial, como son la comprensión, la creatividad y la práctica de valores, entre otras habilidades y comportamientos de naturaleza universal y útiles en el actual entorno socioeconómico, para que nuestros niños puedan estar en condiciones de entender, transformar y valorar el mundo, que es uno de los objetivos más preciados de la educación.

Pero el hábito de leer es compromiso de todos
El problema de falta de hábitos de lectura no es de orden académico sino de naturaleza social, y es el resultado de la influencia del contexto sociocultural sobre la conducta lectora de los niños, pues los adultos no somos buenos modelos de imitar en relación al amor hacia la lectura. En este sentido, se impone la necesidad de comprometer el esfuerzo total de la sociedad para que los niños y niñas puedan crecer bajo nuevos paradigmas educativos, algo así como la actitud japonesa que, desde hace más de cincuenta años, se propuso hacer de la calidad un estilo de vida en el pueblo nipón.

Actividades: la clave del éxito
Hace mucho tiempo los chinos observaron que el aprendizaje es mucho más efectivo cuando el estudiante interactúa con la realidad. Según el dicho oriental: "lo que se escucha se olvida, lo que se ve se recuerda y lo que se hace se aprende", es la actividad la regla de oro de la didáctica. Las ciencias que estudian los procesos psicológicos, entre ellos el aprendizaje, nos da la razón.

La práctica de una educación divorciada de la acción es la forma más inútil de perder el tiempo y de arrojar al tacho los contadísimos recursos que disponemos. Salir del atolladero de la educación inactiva que se practica en el aula, que solo fomenta la reproducción del conocimiento y afecta el desarrollo de las capacidades humanas, requiere, entre otros factores, una práctica pedagógica de métodos y técnicas que hagan posible el manejo operativo de los saberes para aumentar las posibilidades de lograr el crecimiento real de los estudiantes.

La lectura de los cuentos infantiles debe estar unida al desarrollo de una serie de actividades especialmente elaboradas para fomentar el hábito lector y promover otras capacidades mentales y valores sociales.
El diseño de las actividades requiere la aplicación de una serie de principios pedagógicos, que nosotros hemos utilizado con marcado éxito y ponemos bajo su consideración bajo el título de El bosque de animales, sin embargo, antes, es necesario tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

· Si los niños y niñas aún no saben leer, los cuentos deben ser leídos por los maestros o maestras, o quien haga las veces de ellos, seleccionándose los más cortos y haciéndose uso de técnicas narrativas.

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