sábado, 20 de enero de 2007

CRITERIOS PARA UTILIZAR Y NARRAR CUENTOS ORALES Y ESCRITOS.




· EL CUENTO NARRADO.

Hay que tener en cuenta, como primer criterio, la importancia que tiene que al narrador le guste el cuento que a contar, que se sienta emocional o estéticamente implicado en él. Esta relación la percibe el niño/a y le incita a la curiosidad.

Es importante en esta fase de preparación del cuento, visualizar los personajes, ya que ayuda a la posterior descripción y transmisión de esa imagen a los niños/as.
Si el cuento tiene rimas, estribillos o repeticiones deben ser memorizados con fidelidad, pues estas formulas verbales son fundamentales para la implicación activa de los oyentes en el cuento.
Además de estos criterios generales, el maestro, a la hora de contar el cuento procurará:


· Usar un lenguaje claro y sencillo.
· Utilizar un estilo directo, evitando las introducciones del narrador en la reproducción de diálogos. Utilizará la entonación y modulación de la voz para la identificación de los distintos personajes.
· Utilizar onomatopeyas.
· Evitar la monotonía de la voz al contar el cuento, acentuando cadencias, matices, ritmos, entonación, etc.
· Permitir y fomentar la participación activa de los niños, invitándoles a intervenir en los estribillos, onomatopeyas, aventurando hipótesis sobre lo que sucederá a continuación, etc.
· Utilizar las formulas tradicionales de apertura y cierre.
· La audición debe realizarse en un clima lúdico, alegre y relajado. Puede acompañarse de la posibilidad de manipular el libro, simultáneamente o después, bajo el cuidado atento del adulto que valorará los cuentos como pequeños tesoros. Es importante que los libros deteriorados se retiren o arreglen cuanto antes.


· CUENTOS DE IMÁGENES.

Los libros de imágenes son básicos y totalmente imprescindibles en toda biblioteca infantil. La contemplación de la imagen estimula en el niño/a la capacidad de observación y expresión.

Los libros de imágenes ofrecen la ventaja de brindarnos, en cualquier momento, la contemplación en la clase, de multitud de facetas del medio natural, a las que de otro modo, sería imposible acceder.
Si, como hemos dicho, de la contemplación de las imágenes se deriva la necesidad de expresión, llegamos a la conclusión de que este tipo de libros contribuye la base de la prelectura escolar.
El niño/a, hasta alrededor de los 8 años, lee tanto o más en el dibujo que en el texto escrito.


· ACTIVIDADES PARA REALIZAR A PARTIR DEL CUENTO.

El cuento aparece dentro del marco escolar, como uno de los principales motivadores para realizar una serie de actividades. Se puede utilizar como elemento motivador para conseguir los objetivos de un centro de interés.
Algunas actividades para realizar a partir del cuento serían:

· Actividades de lenguaje.
· Desarrollo del lenguaje oral a partir de un diálogo sobre el cuento.
· Analizar el vocabulario que aparece:

o Familia de palabras.
o Significado de las palabras.
o Partes del objeto que tratamos (nombres de esas partes).
o Material del que está hecho: colores, formas,...
o Transformaciones (teniendo en cuenta el aspecto significativo).
o Fonética: sonidos más difíciles de pronunciar.
· Comprensión de los sucesos decisivos del cuento
· Descubrir personajes y paisajes del cuento
· Distinguir las acciones que llevan a cabo los personajes.
· Secuenciar las acciones ordenadamente.
· Experimentar con modulaciones de voz diferente para cada personaje.
· Comparaciones cualitativas de los personajes.
· Inventar otro cuento con el personaje central.
· Trabajar la expresión corporal a través de los macromovimientos.
· Actividades de psicomotricidad.
· Dramatización de determinados personajes.
· Dramatización completa de todo el cuento.
· Realizar órdenes espaciales que nos da un personaje del cuento.
Actividades plásticas.
o Dibujar los personajes del cuento.
o Realizar marionetas sobre el cuento.
o Construir un escenario para dramatizar el cuento.
o Modelar los personajes con plastilina o barro,...


CRITERIOS PARA SELECCIONAR CUENTOS

Para seleccionar cuentos en la etapa de Infantil debemos adaptarnos a las características que presentan los niños/as en esta etapa. Estas características se refieren principalmente a su desarrollo psicológico y a sus intereses.
En general, cada momento exige unos temas distintos, un tratamiento específico y un vocabulario diferente.
De 0 a 2 años
· Predominio de a palabra y el movimiento.
· Las imágenes no tendrán textos. Una sola imagen en cada página.
· Al niño le gusta oír y repetir pequeño estribillos.
· Deben ser breves, repitiendo trozos y estribillos acompañados de gestos y movimientos.
· Las repeticiones y acciones que realiza el narrador le permiten al niño rebajar la concentración, una mejor memorización, así como seguir el hilo del relato.
· Es interesante que aparezcan elementos de su vida diaria.
· Que no produzcan miedo o terror.
De 2 a 4-5 años
· En esta edad, el niño/a dota de vida a todo, le gusta la fabulación, la fantasía y lo mágico.
· Pueden hacer sus propios relatos: al principio pobres ideas, repetitivos y sin seguir una secuencia temporal.
· Los libros pueden ser de ilustraciones sin texto o con un pequeño pie de página. Los dibujos deben ser familiares.
· Los libros deben tener abundantes imágenes, a través de las que el niño/a pueda desarrollar su capacidad creativa y su fantasía. Las ilustraciones serán a todo color, aunque no tienen que ser únicamente fotografías o imágenes realistas, si bien los personajes u objetos tienen que ser reconocibles y familiares al niño/a. Huiremos de los dibujos caricaturescos y estereotipados.
· Han de facilitar la expresión oral. En contacto con el libro con las imágenes, debe brotar en el niño/a la necesidad de comunicarse. El adulto jamás le impondrá un texto, simplemente le facilitará su descubrimiento.
· El cuento tiene una función recreativa que no puede posponerse a la didáctica. La literatura infantil responde a unas necesidades afectivas de ensoñación y entretenimiento, que no tiene por que ceder el paso a la mera información. El valor didáctico puede estar al ponerse en contacto con la realidad, con un mundo de valores y experiencias vividas por el niño/a, pero no es necesariamente obligatorio.
· Le divierten los cuentos con voces onomatopéyicas y también aquellos en los que puede poner su actividad en movimiento y convertirse él en un personaje.
De 5 a 6 años
· En esta etapa, el niño/a se pone en contacto con la lectoescritura y los libros han de ser muy atractivos para facilitarle el camino en los nuevos aprendizajes. La tipografía debe ser grande, y mucho mejor si los tipos son de letra cursiva. Como en la etapa anterior la portada será sugestiva; la encuadernación flexible y lavable, a ser posible, para facilitar una utilización higiénica.
· Es una etapa idónea para conocer los cuentos populares.
· El predominio de la imagen sobre el texto seguirá existiendo y enriqueciendo el contenido del libro, para abrir fuentes de comunicación.
· Los textos estarán muy bien elegidos. Serán cuentos sencillos, reducidos, para que el niño/a pueda asimilarlos y contarlos con facilidad sin olvidar la característica, ya apuntada, de que la literatura será eminentemente recreativa, con predominio de la fantasía
· El enriquecimiento del vocabulario constituirá otra nota característica. Se utilizarán pocas palabras, pertenecientes al vocabulario infantil, usadas con frecuencia, de manera reiterativa, para ayudar al niño/a en la comprensión y retención del texto. No se usarán diminutivos y sí, en cambio, se cuidará de que la relación tenga un cierto estilo literario.
· La estructura interna debe ser coherente, para que el niño/a vaya aprendiendo a razonar. El texto debe facilitar su comprensión y ayudarle a ordenar su pensamiento.
El cuento debe enriquecer al niño/a y abrirle al mundo. Debe estar, por tanto, un poco por encima de su desarrollo, iniciándole en niveles superiores al que se encuentra.
Predomina lo maravilloso. Cuentos de hada, brujas y duendes, con formas mágicas y sorprendentes. Igualmente al niño/a le gustan las historias de animales o de algún hacho natural.

EL CUENTO: SU VALOR EDUCATIVO



De entre todos los materiales que podemos utilizar como base para el desarrollo del lenguaje, sin duda el mejor es el cuento.
El cuento es un relato breve de hechos imaginarios, de carácter sencillo, con finalidad moral o recreativa, que estimula la imaginación y despierta la curiosidad. Es el principal motivador para iniciar una serie de aprendizajes escolares y les permite:
· Comprender hechos, sentimientos de otros.
· Convertir lo fantástico en real.
· Identificarse con los personajes.
· Dar rienda suelta a su fantasía, imaginación, creatividad.
· Suavizar tensiones y resolver estados conflictivos.
Esto hace que el profesor posea una herramienta fundamental a través de la que puede desarrollar una amplia gama de objetivos:
· Aumentar la expresión oral con un vocabulario amplio, claro, conciso y sugestivo.
· Fomentar la creatividad del niño.
· Crear hábitos de sensibilidad artística mediante imágenes atrayentes para el niño.
Los niños pueden seguir perfectamente la secuencia de un cuento si:
· Las motivaciones y metas de los personajes están próximas a las suyas.
· La secuencia causa-efecto es muy simple.
· El material está ordenado.
Según SARA CONE BRYANT, las cualidades más apreciadas por los niños en los cuentos son:
· Rapidez de acción: a los niños no les interesa tanto lo que piensan o sienten los protagonistas como lo que hacen. Esta preferencia del niño/a muestra su instinto natural.
Conviene que las acciones, motivaciones y metas de los personajes sean similares a las suyas, porque les facilitan el seguimiento de la secuencia del cuento.
· Sencillez teñida de misterio: se trata de cosas que oye y ve todos los días, teñidas, sin embargo, por una sombra de misterio que las hace más agradables y atrayentes. Para conseguir el halo de misterio es necesario un tono ausente de monotonía.
· Elemento reiterativo: consiste en una determinada cantidad de repeticiones que corre paralelo a la necesidad que siente el niño/a por conocer, reconocer, asegurarse y conquistar la realidad.
Cuanto más pequeño es el niño/a más le gustan los cuentos cortos y de fórmula (de nunca acabar, acumulativos, ...). Esto se debe, en parte, a que la estructura reiterativa ayuda a una mejor memorización y, en parte, a su carácter inquieto, con poca capacidad de atención y concentración, que no le permite captar totalmente el hilo de una historia. Otra razón por la que el niño/a recuerda el cuento es porque se proyecta en él.
A partir de los 4 años, el niño/a toma mayor interés por las narraciones, sigue atentamente el relato y comprende mejor la acción.
Algunas de las ventajas que ofrece el cuento, a nivel pedagógico son:
· Su estructura secuencial lineal.
· Personajes fácilmente reconocibles.
· Formas lingüísticas que la memoria aprende sin demasiados obstáculos.
· Estructura abierta, flexible, que permite la memorización y la transmisión.
Como hemos visto, el valor educativo del cuento es muy amplio, aunque podríamos sintetizarlo así:
· Crea un clima que favorece el entretenimiento y la relajación.
· Desarrollar el lenguaje no sólo en su aspecto comunicativo, sino estético y creativo.
· Favorece el desarrollo afectivo, pues el niño/a, a través del cuento, podrá encontrar significado a los valores humanos y es un elemento catártico de sus angustias y temores.
· Favorece el desarrollo social en cuanto que le permite comprender roles y valores y es un medio de transmisión de creencias y valores.Es un vehículo de la creatividad. A través de él el niño/a podrá inventar nuevos cuentos o imaginar y crear personajes.

COMO INVENTAR UN CUENTO


S i quieres inventar un cuento sólo tienes que seguir una serie de pasos. -Es muy fácil, pruébalo y verás como, con un poco de práctica, crearás unos cuentos que fascinarán a tus hijos!

El primer paso: Describir la situación . Será la introducción del cuento. La situación puede hacer referencia a temas reales, por ejemplo que a tu hijo se le haya caído un diente, o imaginarios, como podría ser un viaje a Marte. El segundo paso: Identificar a los personajes... . ...los lugares y otras cosas significativas que aparezcan en la historia.
El niño debería identificarse con los hechos, los personajes, y las relaciones que se establecen entre ellos. Esto hará que tu hijo establezca un vínculo entre el cuento que escucha y su propia realidad.

El último paso: Presentar el desenlace . Haz que tu hijo participe, que te proponga un final para la historia. Por ejemplo, puedes preguntarle a tu hijo: "¿Qué hará el hada con la corona?".

Artículos:

S i queremos enseñar a pensar a nuestros hijos, antes tenemos que enseñarles a usar la imaginación. Inventar cuentos tiene el poder de estimularla. La imaginación actúa como soporte del pensamiento y cumple tres funciones: revive las experiencias pasadas, proyecta el futuro y potencia la creatividad. En el momento de inventar un cuento y de dar con un relato atractivo, no es necesario elaborar una historia con un sólido argumento; confía en ti, en tu capacidad de improvisación y en tus propios recursos para encontrar la historia capaz de hacer sonreír a tu hijo. Y recuerda, no sólo tienes que inventar tú los cuentos, deja que tu hijo lo haga contigo, le encantará participar.

COMO CONTAR UN CUENTO A NIÑOS DE EDUCACION INFANTIL


ANTES DE LEER

Preparara con varios minutos de antelación el cuento que vamos a leer o contar y preparar un ambiente adecuado, sin ruidos o con música con ritmo suave de fondo.

El niño estará cómodamente sentado y siéntese usted en un lugar donde el niño pueda escucharle bien, así como ver las ilustraciones. Asegúrese que está cómodo y puede moverse con libertad.

LECTURA EN VOZ ALTA

Una vez presentado el libro lea con entonación, clara y lentamente para que los niños se imaginen en las palabras. Durante la lectura, mire los ojos de los niños lo más posible para mantener su atención y participación. Deténgase de vez en cuando para hablar de las palabras o ilustraciones, para explicar alguna referencia o para anticipar lo que suceda en seguida. Pero no rompa el hilo de la historia, es mejor que se hagan las preguntas antes o después de la historia

Si lo desea puede adornar el cuento mucho o poco. Puede darle a cada uno de los personajes una voz destinta, hacer muecas mientras lee, añadir sonidos o emplear títeres de guante. Cambie la entonación y el ritmo de acuerdo con el cuento: acelere y levante la voz cuando suceda algún suceso extraordinario, y vaya despacio y baje la voz cuando quiere suspenso.


DESPUÉS DE LA LECTURA

Este es el momento designado para hacer preguntas sobre el libro. Estos son algunos de los tipos de preguntas que puede hacer:

· ¿Qué parte del cuento te gustó más?, ¿por qué?

· ¿Terminó el cuento como lo esperabas? · ¿Qué hubieras hecho tú si fueras_____’?

· ¿Por qué crees que el libro se titula_____?

· ¿Cuál de los personajes te gustó más? ¿por qué?

· Imagínate un final diferente del cuento, ¿cómo tendría que cambiar el resto de la historia para que resulte ese final?

El placer que experimentamos cuando nos permitimos reaccionar ante un cuento, el encanto que sentimos, no procede del significado psicológico del mismo (aunque siempre contribuye a ello), sino de la calidad literaria; el cuento es en sí una obra de arte, y no lograría ese impacto psicológico en el niño si no fuera, ante todo, eso: una obra de arte” (Bettelheim)







ESTRATEGIAS PARA FOMENTAR EL HABITO DE LECTURA DE CUENTOS INFANTILES


Leer cuentos, más allá del entretenimiento
La época que estamos viviendo exige superar el enfoque tradicional que hace de la lectura de los cuentos instrumentos destinados solo a fomentar el entretenimiento de los niños. Debemos aspirar ir más lejos; es decir, considerar que un propósito más acorde con los objetivos educacionales de la época moderna, es el de hacer de la lectura del cuento infantil una oportunidad para impulsar el desarrollo de aquellas capacidades y actitudes necesarias para alcanzar el éxito en los nuevos escenarios que delinean la realidad nacional y mundial, como son la comprensión, la creatividad y la práctica de valores, entre otras habilidades y comportamientos de naturaleza universal y útiles en el actual entorno socioeconómico, para que nuestros niños puedan estar en condiciones de entender, transformar y valorar el mundo, que es uno de los objetivos más preciados de la educación.

Pero el hábito de leer es compromiso de todos
El problema de falta de hábitos de lectura no es de orden académico sino de naturaleza social, y es el resultado de la influencia del contexto sociocultural sobre la conducta lectora de los niños, pues los adultos no somos buenos modelos de imitar en relación al amor hacia la lectura. En este sentido, se impone la necesidad de comprometer el esfuerzo total de la sociedad para que los niños y niñas puedan crecer bajo nuevos paradigmas educativos, algo así como la actitud japonesa que, desde hace más de cincuenta años, se propuso hacer de la calidad un estilo de vida en el pueblo nipón.

Actividades: la clave del éxito
Hace mucho tiempo los chinos observaron que el aprendizaje es mucho más efectivo cuando el estudiante interactúa con la realidad. Según el dicho oriental: "lo que se escucha se olvida, lo que se ve se recuerda y lo que se hace se aprende", es la actividad la regla de oro de la didáctica. Las ciencias que estudian los procesos psicológicos, entre ellos el aprendizaje, nos da la razón.

La práctica de una educación divorciada de la acción es la forma más inútil de perder el tiempo y de arrojar al tacho los contadísimos recursos que disponemos. Salir del atolladero de la educación inactiva que se practica en el aula, que solo fomenta la reproducción del conocimiento y afecta el desarrollo de las capacidades humanas, requiere, entre otros factores, una práctica pedagógica de métodos y técnicas que hagan posible el manejo operativo de los saberes para aumentar las posibilidades de lograr el crecimiento real de los estudiantes.

La lectura de los cuentos infantiles debe estar unida al desarrollo de una serie de actividades especialmente elaboradas para fomentar el hábito lector y promover otras capacidades mentales y valores sociales.
El diseño de las actividades requiere la aplicación de una serie de principios pedagógicos, que nosotros hemos utilizado con marcado éxito y ponemos bajo su consideración bajo el título de El bosque de animales, sin embargo, antes, es necesario tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

· Si los niños y niñas aún no saben leer, los cuentos deben ser leídos por los maestros o maestras, o quien haga las veces de ellos, seleccionándose los más cortos y haciéndose uso de técnicas narrativas.

domingo, 7 de enero de 2007

CUENTOS DEL TIO CHIFLETE

Cuentos por computadora

Compucuento

RESULTA QUE un día Franca y Lara querían escuchar cuentos. El Tío Chiflete ya les había contado los dos o tres que sabía, y decidió llevarlas a lo del Vecino Inventor.

- Necesitamos unos cuentos, Vecino - pidió el Tío.

- Vamos a ver si podemos sacarlos de la computadora - contestó el Vecino.

Después de un rato de tocar teclas y pensar, de la máquina salió un papel que decía: "Había una vez un colorín colorado"

- Ese cuento es muy cortito, Vecino. Quiero otro más largo.

- Bueno, lo voy a estirar.

El Vecino escribió un poco en la máquina y empezó a salir un papel escrito que no terminaba nunca. Parecía un rollo de papel higiénico con letra chiquita y decía:

"Había una vez en Constantinopla, un señor llamado Fernandocleto del Peloponeso, que tenía un caballo llamado Hermogenocles, y un gato llamado Pelandrunesco..."

- No me gusta Vecino, quiero un cuento más fácil.

- Entonces le voy a sacar algunas letras.

La máquina escribió un cuento que decía:

"La mamá cantaba para pasar la mañana, amasaba calabazas, apagaba las brasas, bañaba la albahaca, papaba natas, ataba las maracas al catamarán..."

- Ese cuento es todo con la "a", Vecino, quiero otro con más letras...

- Vamos a ver si le mezclo algunas letras más. - dijo el Vecino trabajando en su computadora. Sacó otro cuento que decía:

"Había una nena que se llamaba Caperucita Verde, que le fue a llevar una manzana a Blancanieves, pero vinieron 8 Enanitos y le pidieron que los acompañara a visitar a Cenicienta, que estaba pegando con goma un zapato de cristal que se le había roto. En ese momento vino un Lobo y se puso a soplar, y se volcó una lámpara donde vivía un Genio".

- Pero Vecino, ese cuento está muy revuelto...

- Ajá. Esperá que lo voy a lavar y peinar.

Y el cuento salió así:

"Había una toalla mojada que se cayó en una bañadera. Vino la nena toda empapada y sacó un paraguas que chorreaba agua, y le pasó una esponja húmeda a la pileta".

- Ese cuento es muy mojado, Vecino. Fijate si podés sacar uno más sequito.

El Vecino tocó algo en la impresora, y de la máquina empezó a salir papel casi en blanco. Salía papel y más papel con apenas algunas letras desteñidas.

- Parece que el cuento estaba muy seco y se secó la tinta de la máquina. Voy a tener que llevarla a que la arreglen. - dijo el Vecino.

- Y de paso tratá de comprarle un poco de imaginación cuentística.- dijo el Tío.

- Hmm. No sé dónde se conseguirá eso - dijo el Vecino con cara preocupada.

- ¿Y qué vamos a hacer con todo ese papel, Vecino? - preguntó Franca.

- No se me ocurre - dijo el Vecino.

- A mí tampoco.- dijo el Tío.

- A mí sí. Todo ese papel en blanco me viene bárbaro para dibujar. - dijo Franca. Y se fue



El tobogán atrapador

RESULTA QUE el Tío Chiflete las llevó a las nenas a la plaza y se puso a jugar con ellas. Primero fueron al sube y baja, y las sentó a las nenas en un asiento y se subió él en el otro. Pero no podían subir y bajar, porque el Tío estaba un poco gordo y el sube y baja no se movía. Después fueron al arenero, pero una nena se puso a llorar porque el tío se había sentado arriba de su castillo y lo había aplastado todo. Después se subió a una hamaca, pero las nenas no lo podían hamacar, porque era una hamaca para nenes y no para gente grande.

Entonces fueron al tobogán. Y el tío se subió y se iba a largar, pero resulta que se quedó atrapado en la parte más alta. El tobogán era demasia­do angosto, y el tío demasiado ancho. No se podía mover ni para atrás, ni para adelante, ni para los costados. Enseguida la escalera del tobogán se llenó de nenes que no se podían largar porque el tío tapaba la bajada. Franca trató de ayudarlo pero no pudo porque había que hacer mucha fuerza. El Tío gritaba como loco:

- ¡Sáquenme de aquí!

Al escuchar sus gritos vinieron la mamá Peta y el Vecino Inventor. Al vecino se le ocurrió pasar una soga por arriba de una rama, atar un extremo de una soga al pantalón del tío, y entre todos tirar del otro.

Empezaron a hacer fuerza todos a la vez hasta que... ¡Zas!. La soga se aflojó de golpe y todos se cayeron sentados en la arena. Y de la soga colgaba algo... ¿el tío? No. El pantalón del tío. ¿Y el tío? El tío quedó en calzoncillos, tan atrapado como antes arriba del tobogán. Para colmo llevaba unos calzoncillos largos color verde loro, con grandes lunares naranjas, amarillos y rosas.

Al tío le dio mucha vergüenza y pidió por favor que inventaran otra cosa para sacarlo de allí.

Un señor dijo que podían conseguir unas palomas, y atarles con piolín una patita a un ojal del chaleco del tío. Cuando las palomas levantaran vuelo, iban a sacar al tío del tobogán.

Como idea estaba muy buena, pero sucedió que las palomas no tenían demasiada fuerza y no pudieron sacar al tío del tobogán. Hubo que desatar los piolines y limpiar al tío con un pañuelo, porque había quedado todo sucio de caca de paloma.

Entonces Lara, que estaba comiendo un pan con manteca, lo empezó a fregar contra el tobogán. Al ver eso, la mamá se dio cuenta que era una buena idea: enmantecar bien al tobogán y al tío, para que se deslizara. Una vecina trajo varios panes de manteca y lo repartió entre todos los que estaban mirando. Allí nomás se dedicaron a dejar todo bien enmantecado, hasta que... ¡listo!. Un empujoncito y el tío bajo rápidamente por el tobogán, cayendo encima de toda la gente. Quedaron enmantecados y enarenados, pero felices.

El tío prometió que nunca más se iba a subir al tobogán, y que iba a hacer régimen para adelgazar: verduritas y yogur descremado. Y sobre todo, nada de manteca.

tobogán malvado!!!

a buscar sus crayones

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CUENTOS INFANTILES, REALIDAD, FANTASIA Y PLACER





"Los cuentos son una ocasión que permite la instalación de otro tiempo en este tiempo: producen un cambio y habilitan a la fabricación de mundos nuevos. Los hombres no pueden vivir sin mundos, por eso arman conjeturas, albergues de significados y se convierten en hacedores de metáforas y lenguaje."

Los cuentos forman parte del funcionamiento vital de una sociedad; toda la vida y los órdenes se establecen a partir de ellos. Para reflexionar acerca de su importancia, Graciela Montes, autora de más de cincuenta libros infantiles, prefirió un abordaje particular. Para la escritora, la mirada histórica es la más enriquecedora porque muestra cómo las cosas van, vienen, se mezclan, se contagian, y permite, además, ligar a los libros con la vida de la sociedad y con el poder.

Siguiendo las consideraciones de Graciela Montes, los cuentos tuvieron siempre una función; las narraciones entretienen al liberar a los seres humanos del tiempo riguroso, además satisfacen el deseo de placer que sienten tanto escritor como lector al estar solos frente a un enigma. Otra de las funciones de los cuentos es la de cohesionar, porque dibujan una trama compartida.

Como autora de literatura infantil, Graciela Montes considera que no es posible insistir en la intangibilidad de los textos. "Lo máximo a lo que se puede aspirar como escritor es a que la construcción realizada se sostenga y no se derrumbe, el lector manosea siempre las obras cuando se entrega al mundo imaginario que el otro inventó, y está bien que así ocurra."

¿Qué lugar tiene la realidad en los cuentos infantiles?
Los cuentos infantiles son ideales para entrenar a los más pequeños en el proceso de simbolización; leer les permite tanto consolidar la imaginación como desarrollar la capacidad reflexiva. Aquel que puede escuchar un cuento e interpretarlo, está en condiciones de manejarse con las demás actividades escolares y de comprender cualquier lectura.

Circulación de deseos, personajes que llaman a identificarse y conflictos que atraen al lector y lo llevan a querer saber más; todo esto puede encontrarse en un cuento. Pero en la literatura infantil ¿están suficientemente abarcados aspectos importantes como la sexualidad, la muerte y los problemas sociales e históricos?

A ésta y a otras preguntas, intentaron dar respuesta los especialistas que participaron de las distintas mesas redondas organizadas en las Jornadas Educativas de la Feria del Libro Infantil y Juvenil.

Según Sandra Comino, escritora y docente, los temas que más les interesan a los niños y les generan interrogantes no están presentes en la literatura infantil argentina: la política, las malas palabras, la muerte y el sexo son tabú.

Si bien a lo largo de la historia ha habido control de la lectura y de la escritura, la pregunta es: ¿actualmente quién coarta la aparición de estos temas? Para Sandra Comino, existe una censura sutil desde las editoriales que omiten las obras con ciertas temáticas, de manera que los escritores ya saben qué tipo de producciones no se publican.

La censura por omisión se genera también por parte de los adultos cuando, por ejemplo, les leen a los niños y saltean, por miedo, las partes conflictivas, como la muerte de un personaje. Según la escritora, "esto lleva a que la realidad se muestre desde un punto de vista muy acotado."

En este sentido, la escritora resaltó la importancia del compromiso que los escritores tienen que asumir para crear una literatura vinculada con la realidad, que contribuya a que los niños estén preparados para afrontar los conflictos que forman parte de la vida.

En el marco de esta problemática, el escritor de cuentos infantiles y realizador de espectáculos musicales para niños, Luis María Pescetti, consideró que, en la actualidad, la literatura infantil argentina está muy ligada al ámbito de la escuela, lo cual trae aparejado ciertos condicionamientos porque los docentes prefieren cuentos con temas más livianos que les resulten controlables. En este sentido, Pescetti propone aggiornar la tradición de los juglares que hablaban de temas problemáticos de modo burlón y con sentido del humor.

Lidia Blanco, especialista en literatura infantil, también habló de la necesidad de introducir la realidad en la literatura para niños. Según Blanco, callar temas de la realidad en los cuentos infantiles puede traer, como consecuencia, un recorte en la imaginación de los chicos. "Lamentablemente, en las obras para niños predomina, por un lado, el tratamiento distante del cuerpo sexuado, y por otro, la generación de estereotipos que no se vinculan con cambios que van surgiendo en la sociedad. Por ejemplo, la mujer es representada como una madre en el hogar, sumisa, mientras que al hombre se lo vincula con la cosa pública."

IMPORTANCIA DE LOS CUENTOS INFANTILES



http://www.educared.org.arLa literatura infantil tiene fecha y motivo de nacimiento. Surge de lo que se dio en llamar en la historia de la cultura la invención de la infancia, es decir, la definición y la concepción de la niñez y la adolescencia como fases específicas de la vida, con sus propios problemas y necesidades. Hasta el siglo XIX, los niños eran solamente pequeños adultos, hombres o mujeres en potencia.

Y particularmente en la creación de una literatura para niños, tuvo que ver la expansión de la educación primaria en Europa por aquel entonces. Las escuelas comenzaron a necesitar material de lectura, lo que llamó la atención de los editores de la época que comenzaron a contratar autores para satisfacer el incipiente mercado. Muy pronto se dieron cuenta de que los nuevos libros debían cumplir con dos requisitos fundamentales: ofrecer historias laicas y pedagógicas.

Esto explica que en las primeras décadas del 1800 los libros infantiles buscaran transmitir un código ético estricto. El fin era didáctico. Las narraciones se ambientaban en lugares exóticos para captar la imaginación infantil. Pero esa era la única concesión al apetito fantástico: todos tenían un final feliz y moralizante. Se subrayaba, sin cesar, el valor de la solidaridad familiar, la honestidad, la fidelidad y la bondad, en lo que fueron los pilares de una ética no religiosa. Paralelamente, se advertía con énfasis acerca de los peligros de la avaricia y la compulsión al juego.

Más avanzado el siglo XIX, con el mismo afán didáctico, pero como respuesta a la creciente atracción que generaba en los más jóvenes la magia y los reinos de la imaginación que surgieron lo que hoy conocemos como cuentos de hadas. Originalmente, eran relatos orales, anónimos, que circulaban en ambientes campesinos. La industria editorial de entonces los reformuló de manera tal que pudieran expresar una idea moral. Así, las narraciones perdieron toda impropiedad, crudeza y referencia sexual que pudieran arrastrar de su pasado rural y adulto. Y se convirtieron en historias que defienden claramente valores con personajes idealizados, aptos para la infancia por educar.

Así es que los cuentos de hadas, tal como los conocemos, no son sino la reformulación infantilizada de los cuentos populares campesinos. Como muestra, contrastemos los más clásicos con sus versiones originales:

La segunda parte de La bella durmiente del bosque trata, en su primera redacción, de una ogresa. En el cuento que todos conocemos esa parte es suprimida: la historia termina con la boda entre el príncipe y la bella.

Caperucita Roja es otro buen ejemplo. De todas las versiones orales recopiladas, solo la quinta parte tiene final feliz (es decir, Caperucita se salva y el lobo es castigado). Sin embargo, en la versión escrita que nos llegó a nosotros, lo tiene siempre.

Hänsel y Gretel: originalmente, los niños eran expulsados por sus padres. Como esto de que hubiera padres naturales malévolos resultó intolerable, se cambió la versión de los padres desamorados por la dupla conformada por un padre amable y una madrastra cruel.

Y, como sabemos, se introdujeron por doquier cazadores bondadosos, princesas bellísimas y hadas encantadoras, dando lugar a un mundo edulcorado y predecible. El mundo que se consideró, en su momento, ejemplar.